- Amor, cuando yo penso en el mal que me das terrible y fuerte, voy corriendo a la muerte, pensando así acabar mi mal inmenso; mas en llegando al paso que es puerto en este mar de mi tormento, tanta alegría siento, que la vida se esfuerza, y no le paso. Así el vivir me mata, que la muerte me torna a dar la vida. ¡Oh condición no oída la que conmigo muerte y vida trata!
Capítulo LXVIII: De la cerdosa aventura que le aconteció a don Quijote
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